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El proyecto contempla la elaboración de una vivienda unifamiliar para una familia tradicional de 5 personas en un terreno con una doble pendiente, una de 3,6m sobre la calle de acceso y otra de 12 metros entre los vértices opuestos sobre los linderos este y oeste. Aunado a ello, el terreno sobre el que se apoya la casa tiene una fuerte tendencia a deslaves, y las fundaciones apenas a los 18 metros consiguen suelo pertinente sobre el que fijarse. Por estas importantes condicionantes la casa tiene como objeto principal la atención del ámbito técnico como único medio de validación constructiva. A sabiendas que, sin importar la carga transmitida, el sistema de fundaciones profundas tendría que extenderse hasta un estrato firme del suelo, se planteó colocar la menor cantidad de elementos verticales de apoyo.

El proyecto se apoya en 4 columnas inmediatas dos a dos y separadas una luz de 16.5 metros. En ellas se apoyan dos vigas de 1.2metros de sección con volados de 5 metros en ambos extremos, de las cuales pende el nivel de estacionamiento y habitaciones al cual se accede desde el exterior por la cota más alta de la calle. El nivel de planta baja, al cual se le accede por la cota más baja desde la calle, cuenta con un espacio completamente libre y que abre hacia el jardín de 16m, albergando las áreas de sala, comedor, cocina y estudio.

El muro contrario al área del patio es el de contención, que se genera para soportar la rampa de acceso vehicular, y el siguiente muro, con una altura máxima de 9 metros, contiene el patio, al cual se accede desde las áreas sociales, y que provee un espacio de expansión a las mismas. En definitiva la casa, su forma, disposición y áreas, terminan siendo la respuesta a las necesidades técnicas inherentes a la resolución de ella en su respectivo emplazamiento. La planta baja, completamente vidriada, y protegida por el volado superior de las habitaciones, pretende generar un espacio de uso continuado, muy pertinente en el clima capitalino, habitable a intemperie a lo largo de prácticamente todo el año.

Las cubiertas y solados se resuelven a través de losas macizas colgadas de las vigas, que aportan la necesaria masa térmica y al mismo tiempo ofrecen un acabado obra limpia inmediato al finiquite del ámbito estructural.

El clima de Caracas está dentro de la zona de confort gran parte del año, a excepción de ciertos días a horas del mediodía donde la incidencia solar es importante, y ciertas noches que la temperatura desciende y los vientos de la montaña penetran la vivienda. Por lo cual se plantea la masa térmica como la principal estrategia para amortiguar los picos de calor y de frio, observándose en todos los espacios grandes superficies de concreto expuestas en losas, pisos y muros, así como acabados cementicios en las fachadas fachada. Además, la tierra funciona como regulador de temperatura, ayudando al concreto en su función de amortiguador térmico. La orientación  de la vivienda, la orientación y forma de las fenestraciones  permiten una ventilación cruzada regulable y un nivel de iluminación natural importante  durante todo el año en todos los espacios. La vivienda contempla dos comportamientos diferentes:

-Durante el día, especialmente a horas del mediodía, la losa de concreto cumple rol de quiebrasol horizontal, reflejando gran parte de la radiación solar del sur, pero permitiendo bañar de luz natural los espacios. La forma de la planta y, la ubicación y forma de las ventanas, permite la regulación de ventilación natural, refrescando todos los espacios. Las superficies de concreto absorben todo el calor, evitando que se sobrecaliente el espacio interior.

-Durante la noche, todas las ventanas se cierran, creando un volumen hermético que no permite el paso de los vientos fríos de la montaña al interior. En esta oportunidad, la masa térmica aportada por el concreto y la tierra, libera parte del calor absorbido durante el día, regulando la temperatura de los espacios.

Se logra reducir la energía embebida del proyecto, por ende el impacto ambiental del mismo, gracias a la reducción de energía consumida para A/C e iluminación artificial, y al uso de materiales locales fabricados en sitio, como las losas prefabricadas de concreto de la fachada. Además, se aprovecha la topografía existente para afectar en lo menos posible el drenaje de aguas y para reducir la emisión de CO2 en etapas de movimiento de tierras.

ARQUITECTURA                                 Arq. Daniela Mármol, Arq. Katheryn Andrade,    Arq. Valeria González V.

INGENIERÍA                                                          Ing. Rafael Boscán, Ing. Angelica Lara